jueves, 27 de septiembre de 2012

Escritor actual: Yasunari Kawabata

Yasunari Kawabata (1899-1972)


El escritor japonés Kawabata Yasunari, se destacó en el siglo XX por la delicadeza y el refinado lirismo de sus obras.
Kawabata nació en Osaka el 11 de junio de 1899. La soledad en que pasó su infancia tras la muerte de sus seres más queridos marcó profundamente su personalidad. Huérfano a los 3 años, insomne perpetuo, cineasta en su juventud, lector asiduo clasicos, fue un solitario.
Tras finalizar sus estudios en 1924 fundó Bungei Jidai (La Edad Artística). Fue precisamente en esa revista donde apareció, en 1926, "Izu no odoriko" ("La danzarina de Izu"), relato lleno de imágenes líricas y sugerentes, en el que se apreciaban influencias de las escrituras budistas y de los poetas medievales japoneses, que para el autor constituían "la más elevada literatura del mundo".
La soledad, la angustia ante la muerte, la búsqueda de la belleza y la atracción por la psicología femenina, expresado todo ello en un estilo simbólico y lírico, fueron temas centrales en torno a los cuales giraron Yukiguni (1948; País de nieve), Yama no oto (1949-1954; El clamor de la montaña) y Nemureru bijo (1961; Bellas adormecidas), obras de plenitud artística que lo hicieron merecedor, en 1968, del Premio Nobel de literatura.
Kawabata Yasunari se suicidó en Zushi el 16 de abril de 1972. Su obra, que él mismo definió como un intento de hallar la armonía entre el hombre, la naturaleza y el vacío, permanece entre las más altas de la narrativa del siglo XX.



El Sonido de la Montaña
"El sonido se interrumpió y, de repente, tuvo miedo. Quería interrogarse, con calma y determinación, si había sido el sonido del viento, el rumor del mar o un zumbido dentro de sus oídos. Pero había sido otra cosa, de eso estaba seguro. La montaña." Ogata Shingo ha comenzado a perder la memoria. Por las noches, desde la cama, oye el rumor lejano de la montaña, un sonido que él asocia a la muerte. En medio de eso, están los afectos que constituyen la base de su existencia: su cansada mujer, el hijo diletante y la nuera, que inspira en el anciano compasión y deseo sexual. El sonido de la montaña logra plasmar con acuciante belleza, como pocas novelas lo han hecho, el drama del paso del tiempo. En su retrato de un viejo hombre de negocios de Tokio, Yasunari Kawabata desentraña las limitaciones graduales que la edad impone a la vida, y los repentinos raptos de pasión y entusiasmo que, de vez en cuando, la iluminan. La constelación aparentemente fija de las relaciones familiares, el encanto de la naturaleza, el amor y la pasión son algunos elementos de esta novela hipnótica, que provoca una fascinación inusitada, a la vez que inquieta profundamente.


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